Aji Mirasol es un chile secado al sol con un sabor e intensidad únicos. Es menos floral y cítrico que el chile fresco y tiene un sabor más complejo y concentrado.
Lo mejor es que el proceso de secado lo hace liviano y le da una larga vida útil, manteniendo su picante por largos meses. Antes de su uso, este chile debe ser despepitado y desvenado, asado, luego rehidratado en agua caliente y escaldado tres veces, cambiando el agua cada vez, para reducir su calor.
Mézclalo para hacer una pasta, usando un poco de agua o aceite vegetal, y guárdalo en un frasco hermético en el refrigerador, o congélalo en una cubitera y úsalo según sea necesario.
Este ingrediente le da un maravilloso sabor terroso a sopas y guisos como el capchi (un guiso hecho con papa, queso, leche y hierbas) o la ocopa, entre otros. Algunas personas también fríen el chile entero hasta que esté dorado y lo sirven sobre frijoles u otros platos como tacu tacu o chupes (picante andino), comiéndolo con pepitas y todo. Te sorprenderá lo mucho que te gusta la combinación frita, crocante y picante, pero a menos que tengas una lengua de acero, si alguna vez te sirven un ají mirasol entero, te recomendamos que comas con precaución.