La uña de gato se ha vuelto muy popular en el mundo occidental desde la década de 1970. Los herbolarios de Europa y Estados Unidos utilizan la uña de gato para tratar una variedad de dolencias como artritis, reumatismo, gastritis y úlceras gástricas, trastornos del sistema inmunitario y como complemento del tratamiento del cáncer y el SIDA.
Fortalece el sistema inmunológico y alivia el dolor inflamatorio.
Está indicado en el tratamiento de taquicardias, arritmias, dolores articulares (reumatismo, artritis), hipertensión, candidiasis (infecciones causadas por levaduras del género Candida) e infecciones urinarias como la cistitis (inflamación de la vejiga).
Limpia el organismo y el tracto digestivo, ayudando a tratar enfermedades intestinales (enfermedad de Crohn, síndrome del intestino irritable) y trastornos digestivos.
Propiedades anti-dolor en caso de artrosis
Estudios realizados en Perú han demostrado su eficacia para aliviar el dolor en caso de osteoartritis, sin tener los efectos secundarios de otros antiinflamatorios como el Paracetamol y el Ibuprofeno.
PAGPropiedades anti-inflamatorias
- La uña de gato ha demostrado en diferentes laboratorios de todo el mundo que disminuye la producción in vitro de muchas sustancias proinflamatorias en células de ratón.
Propiedades inmunoestimulantes
- Uña de gato estimula la fagocitosis en macrófagos humanos. La fagocitosis es el paso inicial y la primera línea de defensa inmunológica.
Propiedades antioxidantes
- Uña de gato atenúa la muerte celular inducida por estrés oxidativo en células humanas y de ratón cultivadas. Un estudio reciente comparó la capacidad antioxidante in vitro de extractos de uña de gato, con extractos de otras plantas medicinales y alimentos como cereales, frutas y verduras. En todas las pruebas realizadas, fue la uña de gato la que reveló mayor poder antioxidante (esto es, su riqueza en proantocianidinas, una familia de moléculas conocidas por sus propiedades antioxidantes y su capacidad para eliminar los radicales libres).
Toxicidad
- A las dosis recomendadas, no se han informado efectos tóxicos agudos o crónicos en estudios realizados en animales de laboratorio o en humanos.
Precauciones y contraindicaciones
En caso de enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple o el lupus, se recomienda evitar la uña de gato para evitar estimular el sistema inmunológico que, en estas enfermedades, ataca al organismo que se supone debe proteger. La uña de gato tampoco se recomienda para niños menores de 3 años y, en ausencia de estudios sobre el tema, para mujeres que acaban de dar a luz y las que están amamantando.
La uña de gato no tiene efectos secundarios, salvo casos muy raros de trastornos intestinales leves en personas sensibles debido a su alto contenido en taninos.
Tradicionalmente, se recomienda a las mujeres embarazadas que eviten la uña de gato, ya que se ha utilizado como anticonceptivo y abortivo.
Finalmente, la uña de gato podría contrarrestar el efecto de los fármacos prescritos a los pacientes con el objetivo de inhibir las reacciones inmunitarias que podrían provocar un fenómeno de rechazo.
Interacciones medicamentosas: no se ha realizado ningún estudio al respecto, sin embargo es posible que la planta refuerce el efecto de fármacos hipotensores o anticoagulantes.